La pandemia de Covid-19 nos sorprendió a todos. Transformó nuestra visión del mundo, mutó la manera de relacionarnos con los demás y cambió nuestras prioridades. También modificó el concepto de escuela y la forma de aprender en ella. Transmutó el hogar físico en un aula virtual. Puso a prueba la capacidad de docentes y estudiantes para convertir las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en tecnologías del aprendizaje y del conocimiento (TAC). El 20 de marzo de 2020 la Escuela Normal No. 1 de Toluca cerró sus puertas físicas de forma provisional y abrió espacios virtuales para continuar con la formación de docentes. Once años atrás, durante la pandemia de H1N1, se suspendieron las clases presenciales por unos días y se retornó a ellas bajo un estricto protocolo de cuidado personal y colectivo. En este caso fue diferente. No se regresó a las aulas físicas en el plazo establecido inicialmente y se concluyó el segundo semestre de forma virtual. La institución no estaba preparada para formar docentes de educación básica a distancia, estaba habituada a hacerlo de forma presencial. Los docentes no estaban capacitados para el manejo cotidiano de plataformas digitales y los estudiantes no estaban preparados para aprender en casa. Las experiencias personales fueron diversas, algunas exitosas, otras traumatizantes. Los integrantes del cuerpo académico de la institución creímos pertinente recuperar algunas de las experiencias de aprendizaje de los estudiantes durante la pandemia. El propósito fue doble, por un lado ofrecer testimonios de los estudiantes para la toma de decisiones sobre las modalidades de educación no presenciales, en caso de que se mantuviera la contingencia sanitaria, y, por otro, dejar testimonio escrito de las vivencias de los estudiantes sobre un hecho histórico que, seguramente, marcará su formación docente.
